martes, 16 de agosto de 2016

EN LAS PRUEBAS CORPORALES


La mente y el cuerpo  son las herramientas que nuestro espíritu  lleva con él al mundo físico para realizar su labor.

EN LAS PRUEBAS CORPORALES

Al dejar la materia, nos quitamos las envolturas y aparcamos las herramientas para volver a nuestro estado natural, de espíritu. No hay olvido, sobre la labor realizada en la fase corporal. Simplemente liberamos carga externa y regresamos  al hogar, para meditar, renovamos y restablecemos. Reflexionar sobre las lecciones aprendidas en la vida que acabamos de dejar. Nos renovamos,  nos reencontramos con los compañeros  en misión, con los cuales hemos caminado y colaborado a través de  los siglos.

Totalmente conscientes, seguimos las enseñanzas recibidas y planificamos nuestra próxima actividad en la tierra, cuando el tiempo y las circunstancias son propicias, trazamos el programa, cogemos las herramientas que quedaron aparcadas, buscamos un cuerpo de bebe en sintonía con la misión del alma  y volvemos al estado corporal para cumplir con la labor.

Con ilusión y energía renovada, seguimos el aprendizaje en la escuela corporal, con lecciones prácticas que nos ayuden en nuestro despertar,  hasta que ya no sea  necesario el aprendizaje en el plano corporal. Luego seguiremos en la misión del alma, ya en un plano superior, espiritual.

Es importante, en todo momento de nuestra labor terrena,  ser conscientes que somos espíritu  y en el disco duro del alma están grabadas todas  las experiencias y enseñanzas adquiridas en los largos ciclos reencarna torios  de toda existencia corporal. Somos espíritu, no envoltura material. Mientras adquirimos una perspectiva superior y comprendemos que la vida presente es una de las innumerables vidas que  nuestra alma ha experimentado a lo largo de los siglos. Se puede intuir la acción del tiempo, es palpable la expansión, la eternidad, en la dicha que sentimos. Podemos liberarnos de culpas, de la desesperación,  la sensación de vernos atrapados y confusos. Tenemos  una eternidad de tiempo para aprender lecciones. Los síntomas y temores probablemente nos han sido transferidos desde vidas anteriores. Siempre que nos quede esperanza en cuanto comprendemos que somos algo más que un cuerpo y un cerebro concreto.

La lección más importante es la del  amor. Recordar las causas de nuestras aflicciones nos permite curarlas. Al hacer esto, el reconocimiento de que somos seres afectuosos, espirituales, ocupa cada vez más el centro de atención. Esto nos despeja de miedos y ansiedades. Elimina la barrera que nos impiden entender nuestra verdadera naturaleza.

Comprender puede ser inmediato. También  puede ser lento y pausado, una conciencia difusora mientras se levanta suavemente el velo de la ignorancia. El conocimiento claro está bloqueado por muchos obstáculos. A menudo  somos sistemas específicos de creencias,  tanto culturales como religiosas. Quizá nos volvamos mentalmente cerrados a creencias y sistemas alternativos. En una mente cerrada no puede entrar información. No es posible aprender nada nuevo.

En cuanto experimentamos, sabemos. Por otra razón, tener un recuerdo de una vida anterior, sea  sueño, meditación o incluso de manera instantánea, puede ser lo bastante cautivador para abrir una mente cerrada y liberarla de las cadenas del escepticismo.  Ahora cave examinar  las creencias, aceptarlas o rechazarlas. Ahora puede producirse aprendizaje de verdad. En la experiencia que nos toque, podemos  destilar sabiduría espiritual. 
Manolo



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