martes, 13 de diciembre de 2016

EL SENDERO



Siempre hay un despertar en la misión del alma, se abre un sendero de amor y de luz que conecta con la fuente de la vida ya en esferas elevadas del desarrollo corporal.

 

 

EL SENDERO

 

Siempre que se produce un envejecimiento o una invalidez surge esa luz de transformación y vida que libera, compenetra, sintoniza y abre ese camino de luz y de esperanza en el sendero de la vida en una esfera superior.

 

Es la luz del amanecer que invade el sentir cuando la conciencia humana y sus intereses van descendiendo por el desgaste del desarrollo corporal.

 

Mientras no azuméis los humanos, también estos espíritus tan materializados, que estáis en la escuela de la vida haciendo un aprendizaje, siempre desearéis más de lo que en ley material o espiritual os pertenece, en la aceptación de la verdad suprema del Creador encontrareis el sendero.

 

Es la luz de transformación que nutre, alimenta, y pone esperanza y consuelo en ese largo proceso que hay que hacer hasta alcanzar esa plenitud de vida en la cual se abren los brazos a la unidad del Padre Creador.

 

Para ello hace falta dejar en los caminos de la vida terrena todos los egos y ambiciones, todas aquellas cosas a las cuales os aferráis  sin comprender que no os pertenecen, ya que vuestra misión es de luz alejada de toda temporalidad. La materialidad y el deseo sobre aquellas cosas que son temporales y que las tenéis que dejar en donde las habéis cogido.

En el despertar de esa luz que ilumina, que abre senderos de continuidad, ahí está la gran verdad de amor que vitaliza en un despertar de esperanza y de consuelo, de hermandad y de amor.

 

Que la luz de transformación nos asista en nuestra misión espiritual en el sendero que como hombres o espíritus hermanados en la fraterna verdad caminamos al encuentro de la luz en el desarrollo personal, en la gran unidad de consuelo y esperanza del Padre creador.

Espíritu Francisco

 

 

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